martes, 24 de abril de 2007

Se privatizan utilidades y se socializan pérdidas


Los particulares no saben manejar carreteras

Nora Rodríguez Aceves

“La construcción de la infraestructura que apuntala el desarrollo del país es una labor en la que debemos estar comprometidos todos los mexicanos, por ello impulsaremos nuevos esquemas de inversión. Esquemas no sólo del gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales, sino que impliquen la participación de la sociedad y de los inversionistas para fortalecer los ejes carreteros troncales”.
“Mi gobierno tiene un proyecto claro para impulsar el desarrollo en infraestructura y con él la competitividad de nuestra economía”.
“Vamos a realizar una inversión histórica en la construcción y mantenimiento de las redes de comunicación de nuestro país. Por una parte, porque gracias al esfuerzo del Congreso y su apoyo se logró. Es un presupuesto aprobado para este año 2007 que supera los 30 mil millones de pesos. La cifra más alta en los últimos años para infraestructura y tan sólo en los ejes carreteros invertiremos 3 mil 500 millones de pesos”.
“Hay que decir que hemos diseñado varios mecanismos para invertir en carreteras y vamos a aprovechar una condición que a los mexicanos nos ha costado mucho trabajo conseguir, que es la estabilidad económica. Y vamos a hacer que la estabilidad económica, que generalmente se piensa que no favorece en los bolsillos de la gente, nos ayude a la infraestructura...”.
Con este discurso, el presidente Felipe Calderón, en Santa Catarina, Nuevo León, el 1 de marzo, daba el banderazo a la reconcesión de carreteras de cuota, que fueron rescatadas por el gobierno federal en 1997, como parte de un plan para impulsar la participación público-privada en el sector.
En un boletín de prensa, y según versión estenográfica de la comparecencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez Kuenzler, ante integrantes de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados, el pasado 21 de marzo, que fue la única respuesta que Siempre! recibió a la petición de una entrevista con Téllez o alguno de los funcionarios de esta Secretaría, el titular de la SCyT enaltece el plan, “con cuatro tipos de inversión para infraestructura carretera: presupuesto de Egresos de la Federación, Concesiones, Proyectos de Prestación de Servicios y Aprovechamiento de Activos se podrá lograr, durante la administración de Calderón, el mayor programa de construcción carretero en la historia de México, con la construcción de 13 mil 710 kilómetros, cuya inversión alcanzaría los 212 mil 638.6 millones de pesos entre 2007 y 2012”.
“Tan sólo en 2007, esos cuatro esquemas le permitirán a la SCT invertir un monto de 81 mil 38.1 millones de pesos para la construcción de 3 mil 925 kilómetros de carreteras”.

Di Costanzo: Calderón olvidó la historia

Sin embargo, Mario Di Costanzo, secretario de la hacienda pública del gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador, afirma: “Sin lugar a dudas, así como el Fobaproa, el rescate de la banca de desarrollo, los ingenios, en el caso de las carreteras nuevamente se trasladan a los contribuyentes los costos económicos de los errores gubernamentales, una vez más el gobierno da una clara muestra de que su objetivo ha sido privatizar las utilidades y socializar las pérdidas”.
“Y es que el anuncio—continúa Di Costanzo— hecho por el gobierno calderonista con respecto al nuevo programa carretero implica la reconcesión de las autopistas a empresas privadas a través de complicados esquemas financieros, en los cuales no se descarta la corrupción, la negligencia y el pago de favores durante el fraude del 2 de julio. Se pretende esconder las tremendas pérdidas que para el erario público han representado el fracasado rescate carretero. Ahora, después de que a los mexicanos se nos ha cargado una deuda de poco más de 160 mil millones de pesos, se devuelven las carreteras totalmente saneadas al capital privado, tal parece que el gobierno de Calderón se ha olvidado de la historia”.

No supo manejar carreteras

En agosto de 1997, el gobierno federal anuncia: “Por responder a una necesidad de utilidad e interés público el gobierno federal asumió el costo de 23 de las 53 autopistas concesionadas de la red nacional, que eran operadas por particulares y resultaban financieramente inoperables; el rescate tendrá un costo fiscal de 19 mil millones de pesos para la federación. El plazo para recubrir dicho adeudo por parte de los concesionarios se fijó tentativamente a 25 años...”.
Y justificaba en voz del secretario de Comunicaciones y Transportes, de Ernesto Zedillo, Carlos Ruiz Sacristán, el rescate carretero: “No debe perderse de vista que la infraestructura que se construyó a partir de las concesiones otorgadas en años anteriores, es patrimonio de la nación y considerada por la ley como un bien público. Por tanto, es obligación del Estado aceptar la responsabilidad que le corresponde para asegurar la adecuada utilización de las carreteras, en beneficio de la sociedad, sobre bases de continuidad, eficiencia y seguridad”.

Trejo: peajes muy caros

En este sentido, el diputado federal Pablo Trejo señala a Siempre!: “Tenemos las carreteras más caras del mundo. Aquí un tramo de un kilómetro cuesta alrededor de 90 centavos de dólar, en países como Brasil y Francia no llega a un centavo de dólar. Estamos pagando muy caro el peaje, el uso de las carreteras y no estamos teniendo carreteras de calidad. Tenemos la Autopista del Sol y muchas otras que son simple y sencillamente carreteras que cuentan con muchos baches y con muchos problemas técnicos que generan accidentes y que la idea de estas supercarreteras es precisamente evitar ese tipo de accidentes”.
“Estamos convencidos —señala Trejo— de que el Estado debe asumir la responsabilidad de las carreteras; que Caminos y Puentes Federales sería una buena salida y creemos que es un buen momento de discutir. En el caso de la iniciativa privada, ¿debe intervenir en el asunto de la privatización de las carreteras o en el manejo de ellas?, que nos dé las garantías suficientes para saber que no tendremos otro rescate y que tengamos carreteras en condiciones adecuadas que cumplan las especificaciones técnicas y las normas internacionales y que no sean como las que tenemos actualmente”.
“Además, en todo este proceso de rescate —agrega el perredista— nos hemos encontrado con varias cosas curiosas: tenemos un modus operandi de la Secretaría de Hacienda, similar a lo de la empresa ISOSA en donde se creó un fideicomiso; luego, una empresa se triangula con bancos, se triangula con empresas, aparece ahí una empresa del señor Cosme Mares. Entonces, la verdad es que las carreteras están mal por la excesiva corrupción y discrecionalidad por parte de Hacienda, de Comunicaciones y Transportes, y el contubernio con la iniciativa privada”.
El diputado federal del PRD califica de una manera muy sencilla el rescate hecho hace casi 10 años: “El rescate carretero no es otra cosa más que un síntoma de lo que pasa en el gobierno, de la opacidad del manejo discrecional de la legislación, de cómo los grupos económicos en contubernio con los funcionarios públicos se hacen de recursos ricos, sin importarles la afectaciones que tenga el pueblo. Te lo digo porque está ahí Gil Díaz, así como HSBC, también empresas de Cosme Mares y ahora que más o menos están levantando, otra vez se las vamos a regresar”.
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http://siempre.com.mx/2810nora.htm

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